Los alquimistas no desaparecieron, solo se convirtieron en constructores. Te mostramos cómo funciona la piedra filosofal ingenieril.
Desde tiempos antiguos, los alquimistas se han apasionado por descubrir los secretos de la materia y de la vida, anhelando encontrar la mítica piedra filosofal. Para nosotros, los constructores, esa búsqueda nos llevó a nuestra propia piedra filosofal ingenieril: el concreto, también conocido como hormigón, que materializa la vida de las personas.
Para alcanzar este conocimiento, nuestros antecesores fueron verdaderos alquimistas del concreto. A través de la experimentación con diversas combinaciones de materiales cementantes, lograron crear la maravillosa mezcla que conocemos hoy. El proceso comenzó con la pasta de cemento, continuó con el mortero, y finalmente llegó al concreto tradicional y su evolución, el concreto reforzado.
El diseño de mezcla es fundamental, es la receta para obtener la calidad de concreto deseada para cada proyecto. Los objetivos principales en el diseño de mezcla son alcanzar una manejabilidad y una resistencia específicas. Esto se logra especificando las proporciones de los materiales, la relación entre agua, cemento y agregados. La calidad final se verifica mediante el ensayo de asentamiento y el ensayo de resistencia a compresión.
Una vez determinada la piedra filosofal ingenieril, el siguiente paso es su producción a gran escala, según los volúmenes de cada proyecto. Aquí entran en juego las plantas de producción de concreto. Estas instalaciones industriales fabrican concreto premezclado con proporciones y características específicas.
Las plantas de concreto se pueden clasificar según su movilidad o su capacidad de producción. Según su movilidad, pueden ser estacionarias o móviles; según su capacidad de producción, pueden ser mezcladoras o dosificadoras. El flujo de trabajo de una planta de concreto incluye la recepción de materiales provenientes de minas, como cemento y agregados, los cuales se almacenan en silos y tolvas respectivamente. Mediante cintas elevadoras, los materiales se transportan al sistema de pesaje, donde se dosifican las cantidades según el diseño de mezcla. Una vez dosificados, los materiales se disponen en la mezcladora junto con el "mago" del concreto: el agua, que activa los poderes aglutinantes del cemento. Si es necesario, se agregan aditivos, y la mezcla está lista para salir de la planta, generalmente en un camión mezclador.
El diseño óptimo de mezcla y la correcta ejecución en una planta de concreto son cruciales, ya que conllevan a una calidad consistente de la mezcla, eficiencia en los materiales y procesos para finalmente obtener una mejor economía del proyecto. Todos podemos ser alquimistas del concreto; encuentra tu propia piedra filosofal en el mundo de la construcción.